Esta enfermedad, que padecen 18 millones de personas, podría combatirse con la cafeína, que según revela un nuevo estudio tiene la capacidad de detener la inflamación del cerebro. Esto podría ser un gran paso en el desarrollo de nuevos fármacos.
Se descubrió el motivo por el cual la cafeína puede suprimir la
propagación de las placas beta-amiloides en el cerebro y combatir así la
enfermedad de Alzheimer. El estudio publicado en Journal of
Neuroscience podría abrir nuevos caminos importantes y ofrecer una
esperanza a casi 18 millones de personas que en el mundo padecen
Alzheimer, según la Organización Mundial de la Salud.
De hecho, si
bien en un estudio anterior se había descubierto que la cafeína podía
prevenir y combatir el mal de Alzheimer eliminando el crecimiento de las
placas amiloides (depósitos que se encuentran en el cerebro de los
pacientes con la enfermedad de Alzheimer), lo que no se sabía era cómo
podía ocurrir. Ahora, los científicos de la Universidad de Illinois
averiguaron la razón.
El descubrimiento más importante de este
estudio fue que la cafeína tiene la capacidad de detener la inflamación
del cerebro. Este factor explicaría por qué la sustancia contenida en el
café puede ser útil en la lucha contra la demencia y el Alzheimer.
El
profesor Gregory Freund y colegas de la Universidad de Illinois
llevaron a cabo un experimento en el cual a dos grupos diferentes de
ratas se les indujo un proceso llamado hipoxia, es decir que se
interrumpió el flujo de oxígeno al cerebro para provocar un compromiso
cognitivo.
Después de esta primera fase, se administró cafeína a
uno de los dos grupos de ratas con el fin de favorecer y observar la
posible recuperación. El otro grupo actuó como control, de modo que no
fue objeto de ninguna intervención.
Lo primero que observaron los
investigadores es que la cafeína minimizó de inmediato el impacto de la
reacción en cadena que se verifica cuando hay un deterioro cognitivo.
Durante
el proceso de hipoxia, en las células cerebrales se liberó una
sustancia nociva para el cerebro que se llama adenosina. Este fenómeno,
por otra parte, activa una enzima llamada caspasa-1, que a su vez
promueve la producción de citocina IL-1beta. No se debe olvidar que la
citocina IL-1beta es un factor importante en el proceso inflamatorio.
Lo
que se descubrió por sorpresa es la acción contrastante de la cafeína
en el proceso de liberación de la adenosina: de esa manera se agota el
proceso y las moléculas no pueden inflamar más el cerebro.
Considerando
el alcance del descubrimiento, ahora los científicos esperan que el
hecho de haber demostrado la capacidad de la cafeína para bloquear la
inflamación pueda llevar al desarrollo de nuevos fármacos destinados a
prevenir o revertir el deterioro cognitivo y dar así un gran paso en la
lucha contra la demencia y el Alzheimer.
Traducción: Cristina Sardoy
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